Y en poco tiempo comenzará a cobrar sentido el decir «mierda de lunes.» Que tenga sentido poder odiar los lunes.
Mientras los martes trascurre un segundo día de la semana, que no sé si pensar que es mejor o peor, que aquél ya citado.
El siguiente es el miércoles, en el cual te vas haciendo a la semana y ya tienes alguna mera esperanza de tocar el viernes.
Más tarde viene el jueves, en el que ya podemos estar un tanto más felices que en los tres anteriores y en el que podemos decir «¡VAMOS! Que pase hoy y ya por fin.»
Y el tan aclamado viernes, llega culminante a la parte de diario. Es sin duda alguna y ningún titubeo el mejor día de la semana, si tienes examen tal día, no pasa nada, se supera y con creces.
El fin de semana. Formado primeramente con el sábado, aunque para muchos también incluiría la tarde del viernes. Se podía decir que es mejor, aunque la gente no lo toma como tal, ya que además no hay clase.
Y para finalizar nos queda el domingo y sus tardes asquerosas que te las pasas en casa pensando, por qué cojones tienes 4 exámenes la semana que entra y que odias los lunes.
Ahora todo esto tendrá algún significado, de nuevo. Porque otra vez se vuelve a la rutina y comienza un jodido nuevo curso, que sólo espero que me traiga muchas cosas buenas.